Lo primero que ves de alguien es la imagen, y a partir de
ella te haces una idea de la persona, la encasillas en un sector social y de
ahí si existe cierta relación en tú círculo y si podría ser el caso de que
formara parte de él.
Entonces bien podría decirse que somos superficiales, que
realmente no admiramos lo que es alguien, su interior, sino la imagen
proyectada y si ésta es idónea para nosotros.
¿Cuándo admiramos lo que tenemos dentro, hacia los demás?,
¿Y a la inversa? Dejamos que lo superfluo sea la importante, y realmente deberíamos
observar desde dentro, lo significativo, lo que te dará necesidad, vínculo. Lo que nos provocará emociones internas, y no aspiraciones
ilusorias de la nada.
Entonces sí, diría que somos pretenciosos. Y cuando no recibimos lo que aspirábamos de esa relación
existe dolor, toxicidad, pero realmente no debería ya que en su momento no miramos la esencia de
la persona, solo su vestimenta, su forma de comportarte, su círculo, lo que nos
iba a reportar. Es egoísmo, y éste provoca nocividad en uno mismo y hacia los
demás. No existe escusa para tratarlo.
¿Quién reparte se lleva la mejor parte? ¿Por qué no admirar
la belleza interior? Observar desde dentro hacía fuera, sé que este comentario
ya lo añadí en una de las últimas entradas, pero cada vez que pasa el tiempo me
torno mucho menos superflua, le doy menos valor a la opinión de lo que
proyecto externamente no creo que mi pelo o mi ropa o mi coche deba interferir
positivamente en una posible relación de cualquier tipo. Trato ya el tema como
una reivindicación personal. Es mi plan, soy así y mírame pero esta vez de
verdad.
Creo sinceramente en qué el que menos se las da, más es. Y
mucho!
Si das amor por una razón equivocada, al finar provocarás o te provocarán dolor y si eres un ser
emocional eso será más que un bache en tú vida, heridas que siguen abiertas, y
no existe sutura capaz de cerrar.
Y la realidad es que si nos miramos desde arriba, no somos
nada, ni yo más que tú, ni él más que nosotros. Todos tenemos necesidades básicas, somos animales con mente racional. El
problema de nuestra mente es que tergiversa lo importante. ¿Deberíamos ser un
poco más primitivos? Quizás solo debamos entrar en nuestro mundo introspectivo
y leernos. Él nunca nos miente, nos dice las verdades aunque
hieran.
Mírame, ¿me ves?
Yo a ti, SI!